El sol se cuela por las ventanas del polideportivo de Hellín, despertando a alguno de los participantes del Orientabike de Hellín, entre los que se encuentra la delegación de ADCON formada por Carri, Iván Fernández, y Porto. El día se presume caluroso por el semidesierto manchego y así fue. Adcon consigue unos merecidos puestos en categoría individual Masculina.
Orientabike Hellín es una prueba de resistencia orientación en BTT, al estilo de una rogaine, con la diferencia que en una rogaine al uso, cada control tiene una puntuación diferente, y hay tantos que es imposible pasar por todos en el tiempo fijado. Aquí hay muchos controles con la misma puntuación todos ellos, y que el tiempo no es el limitante, hay 10 horas de tiempo, y se pueden recoger todos. Aquí se repartieron 57 controles que había que descargar en los avituallamientos o en meta. Un tanto extraño, pues en cada punto de control sólo se podían descargar los controles con una numeración determinada.
El primer sector (salida – avituallamiento 1) era principalmente de navegación por los caminos entre los regadíos al sur de Hellín. El segundo sector (avituallamiento 1 al 2) era mucho más técnico con empujing de bici por ramblas y cultivos de cereales ya en estas fechas arados. Balizas escondidas y cruce de una vía del tren con más de una sorpresa. El tercer sector (avituallamiento 2 a meta) tocaba retornar al pueblo, recogiendo los controles que faltaban en el primer sector, pasando por una prueba de puntería con rifle de bolas de paint-ball, y terminando con la cronoescalada y posterior senda de bajada del alto del Cuco.
Iván comienza la carrera junto a los veteranos, que a la postre Antonio Olivares de Los califas se llevó el trofeo. Después de la primera zona de cultivos deciden atajar para acceder a las balizas próxima al 1er avituallamiento por un cortado. En las balizas del sector 2 ya se separa de la cabeza, que había arriesgado yendo por la via del tren. Después del baño en el río Mundo, y de la cervecita en el segundo avituallamiento toma el camino de retorno dejándose algún control por el camino, acabando 20º de la categoría individual masculina.
Carri y Porto hacen juntos prácticamente el primer sector. Las elecciones de ruta son claras y rápidas. El segundo sector se realiza al mediodía, con el sol manchego cayendo vertical sobre los hombros de los orientadores. El desierto manchego de final del verano se muestra con crudeza, más aún con la sequía de este año. Toda la vegetación está seca, sin vida. Los Adconios ya se han separado. El problema fue que la organización no previó la calima y con sólo dos avituallamientos para todo el día, eran claramente insuficientes. Dejando garrafas con agua en algún punto de control accesible hubiera sido suficiente. Carri agotó todas sus reservas de agua una hora antes de llegar al segundo avituallamiento. Aun así se arriesgó a pasar por todas las balizas. Porto con un dedo de agua en el botellín y el camelback vacío, decide dejarse tres controles e ir directamente a por agua.
La deshidratación era más que evidente en los Adconios. En el tercer sector, comienzan los calambres para Porto. A duras penas se tiene en pié y tiene que estirar bíceps y cuádriceps femorales durante largos minutos. Con suerte y con un par de geles de glucosa y sales, consigue recuperarse lo suficiente para continuar. Pasa por todos los controles excepto uno, el 40, pues parece ser que no estaba colocado. El que les habla lo preguntó a la organización y le dijeron que no estaba puesto, por lo que ni pensé en recogerlo. Sin embargo parece ser que a última hora de la tarde lo colocaron, y quien pasó por allí a última hora pudo puntuar. Para finalizar en la bajada por la senda desde el alto del Cuco, gracias a un calambre Porto sale por delante de la bici, yendo ribazo abajo. Al final 105km, 53 controles, 9h de carrera, y noveno puesto en la clasificación individual masculina.
Carri por su parte, gracias su gran estado de forma, consigue sobreponerse al calor y al desgaste. Aun así se deja 4 controles en el último sector, llegando a meta con 53 controles y décimo puesto.
Orientabike Hellín es una prueba de resistencia orientación en BTT, al estilo de una rogaine, con la diferencia que en una rogaine al uso, cada control tiene una puntuación diferente, y hay tantos que es imposible pasar por todos en el tiempo fijado. Aquí hay muchos controles con la misma puntuación todos ellos, y que el tiempo no es el limitante, hay 10 horas de tiempo, y se pueden recoger todos. Aquí se repartieron 57 controles que había que descargar en los avituallamientos o en meta. Un tanto extraño, pues en cada punto de control sólo se podían descargar los controles con una numeración determinada.
El primer sector (salida – avituallamiento 1) era principalmente de navegación por los caminos entre los regadíos al sur de Hellín. El segundo sector (avituallamiento 1 al 2) era mucho más técnico con empujing de bici por ramblas y cultivos de cereales ya en estas fechas arados. Balizas escondidas y cruce de una vía del tren con más de una sorpresa. El tercer sector (avituallamiento 2 a meta) tocaba retornar al pueblo, recogiendo los controles que faltaban en el primer sector, pasando por una prueba de puntería con rifle de bolas de paint-ball, y terminando con la cronoescalada y posterior senda de bajada del alto del Cuco.
Iván comienza la carrera junto a los veteranos, que a la postre Antonio Olivares de Los califas se llevó el trofeo. Después de la primera zona de cultivos deciden atajar para acceder a las balizas próxima al 1er avituallamiento por un cortado. En las balizas del sector 2 ya se separa de la cabeza, que había arriesgado yendo por la via del tren. Después del baño en el río Mundo, y de la cervecita en el segundo avituallamiento toma el camino de retorno dejándose algún control por el camino, acabando 20º de la categoría individual masculina.
Carri y Porto hacen juntos prácticamente el primer sector. Las elecciones de ruta son claras y rápidas. El segundo sector se realiza al mediodía, con el sol manchego cayendo vertical sobre los hombros de los orientadores. El desierto manchego de final del verano se muestra con crudeza, más aún con la sequía de este año. Toda la vegetación está seca, sin vida. Los Adconios ya se han separado. El problema fue que la organización no previó la calima y con sólo dos avituallamientos para todo el día, eran claramente insuficientes. Dejando garrafas con agua en algún punto de control accesible hubiera sido suficiente. Carri agotó todas sus reservas de agua una hora antes de llegar al segundo avituallamiento. Aun así se arriesgó a pasar por todas las balizas. Porto con un dedo de agua en el botellín y el camelback vacío, decide dejarse tres controles e ir directamente a por agua.
La deshidratación era más que evidente en los Adconios. En el tercer sector, comienzan los calambres para Porto. A duras penas se tiene en pié y tiene que estirar bíceps y cuádriceps femorales durante largos minutos. Con suerte y con un par de geles de glucosa y sales, consigue recuperarse lo suficiente para continuar. Pasa por todos los controles excepto uno, el 40, pues parece ser que no estaba colocado. El que les habla lo preguntó a la organización y le dijeron que no estaba puesto, por lo que ni pensé en recogerlo. Sin embargo parece ser que a última hora de la tarde lo colocaron, y quien pasó por allí a última hora pudo puntuar. Para finalizar en la bajada por la senda desde el alto del Cuco, gracias a un calambre Porto sale por delante de la bici, yendo ribazo abajo. Al final 105km, 53 controles, 9h de carrera, y noveno puesto en la clasificación individual masculina.
Carri por su parte, gracias su gran estado de forma, consigue sobreponerse al calor y al desgaste. Aun así se deja 4 controles en el último sector, llegando a meta con 53 controles y décimo puesto.
Comentarios
Arturo.